Historias y relatos de terror

miércoles, 13 de mayo de 2020

LA LOCA


Doña Rita se quedó loca porque se le ahogaron dos hijos en el mar de Pascuales. Quedó traumatizada desde los años 80s y la vida se encargó de acomodar su historia entre la gente. Primero se le venían unos devaneos profundos, después quedó malita de su cabeza y al final quedó en su casa sola como una paloma enjaulada. Los chavos vagos le arrojaban piedras a la ventana para hacerla enojar. Ella salía con una escoba a perseguirles y eso les causaba gracia a los condenados. Los mocosos no se daban cuenta de que la señora se metía y lloraba de tristeza cada vez que ocurría una vagancia semejante.

Un día de abril, cuando las primaveras avientan sus semillas al aire, la doñita murió en su cama y nadie se dio cuenta. Murió en silencio, y las moscas se le metían por la boca y los ojos. Pasaron las horas y la muchacha que le llevaba de comer la encontró ya por la tarde. La muchacha no quiso alarmar a nadie, fue por el cura y lo trajo. Fue caminando las calles descuidadas, llorando de tristeza, de recuerdo en la polvorienta estampa que suele dejar en el mes de abril por todos lados.

Un chaval granujilla pasó en su bicicleta, se cercioró de que nadie le viera y y aventó un cuarto de ladrillo a la ventana de la anciana. Agarró otra piedra más grande y volvió a sacudir el ventanal con la violencia del impacto. Al percatarse que no salía la señora y revisar nuevamente de que no había vecinos que lo regañaran, el chavalillo entró a la casa. Cuando estaba en la sala, sintió un aire helado en su espalda. Cuando iba para afuera sintió que lo ahorcaron fuertemente unas manos heladas.
El escuincle salió gritando, revolcándose. Gritaba que le quitarán de encima a alguien o algo, se le salía la baba, parecía un perro rabioso atorado en un alambrado. La gente salió rápido a ver lo que ocurría, porque los gritos eran espantosos. La gente que lo miró solo veía al chamaco revolcándose en el suelo gritando de terror.
"Apaaaa ayudame ayyyyyyyyy ayyyyyyyyy"

Los gritos ya no causaban gracia. Parecían gritos de muerte.
La gente levantó del suelo al chavo y comenzaron a revisarlo, traía el buche amoratado, contusiones y arañazos. Al rededor del cuello traía marcas de ahorcamiento.

Por la calle venía el padre caminando con la muchacha. Le sorprendió ver a tanta gente; cuando le explicaron que el chamaco era de los que le arrojaban piedras, la balanza se inclinó en su contra. El cura le dijo al chavo: "Eso te pasa por andar ofendiendo a la gente, chamaco vago." "Es el alma de Doña Rita la que te hizo eso, pa que se te quite". Solo el padre y la muchacha sabían que la señora había muerto, así que alguien soltó

—No se ha muerto la señora Rita , padre—comentó el vecino muy asombrado—mírela, ahí está parada entre las matas.

Todos voltearon para ver qué la señora Rita desapareció en una pared como si fuese una sombra. Todos corrieron para todos lados cuando el cura gritaba !Está muerta, está muerta!

Al padre le dio fiebre durante varios días por la impresión. Lloró el sacerdote aquella vez cuando le negó la bendición a doña Rita por ser ella una loquita.
Al final de los días, es la culpa lo que causa el miedo y es el remordimiento lo que provoca la tristeza en los corazones.

A Doña Rita la siguen viendo en el mar los pescadores. Ella flota sobre las aguas por la noche, se mira como una sábana blanca que la arrastra el viento marino. A veces es mejor no escuchar lo que dice con su voz tenebrosa que se distorsiona con la bruma de las olas. Los pescadores tiran flores al mar cuando lo ven picado y revuelto, dicen que es para que Rita los deje en paz. Para ellos no es buen augurio verla, casi siempre se aparece cuando se ha ahogado alguien en Pascuales. Los cuerpos tardan en salir tres días, una semana, y a veces, nunca. Unos dicen que ella viene a ver si es uno de sus hijos, otros que cuida las ánimas de los que ahí perecen cada año. La soledad es un abismo intenso que desquebraja lo que habita en un corazón; la locura es dura y pesada como las profundidades, Rita es una lágrima azul, azul oscura como la zona donde murieron sus hijos.

Historia real

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